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V Congreso de Folklore Andaluz
Andalucismos léxicos en muestras de literatura oral de la Comarca de la Sierra de Segura (Jaén)
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Andalucismo político
Dar a conocer cómo fue asesinado Blas Infante, el padre de la patria andaluza o cómo, a modo de mártir popular, también lo fue García Caparrós cuatro décadas después en aquella Transición que mucho dista del relato rosa que vende la historia oficialista es un atrevimiento.

Murió en Málaga, con 18 años, por un disparo efectuado por la Policía Armada durante la manifestación del 4 de diciembre de 1977 que reivindicaba la autonomía para Andalucía,1 nunca se identificó al culpable. Se suele confundir a Manuel José García Caparrós con Juan Manuel Trinidad Berlanga, un chico que durante el transcurso de la manifestación por la autonomía andaluza el 4 de diciembre de 1977, trepó por la fachada del edificio de la Diputación de Málaga para colocar una bandera de Andalucía, que el presidente de la Diputación Provincial de Málaga, Francisco Cabeza, había prohibido
La muerte de García Caparrós ha quedado como uno de los símbolos de la lucha del pueblo andaluz por su autonomía y de la represión ejercida por el Estado sobre la población civil que se manifestaba pacíficamente para lograr la autonomía andaluza en el marco de la transición española. Muchos andaluces reivindican el 4 de diciembre como el verdadero día de Andalucía, dado que fue cuando el pueblo salió a la calle cristalizando un sentir de pueblo que aumentaba en la sociedad desde años antes.

"Encontrarse con las canciones y danzas populares, como con cualquier manifestación folklórica, es recuperar las señas de identidad, las raíces, la historia cotidiana y la mentalidad de unas sociedades que han seguido un determinado proceso económico y productivo, y que en el transcurso de los años y con el paso de las generaciones se han dotado de una ideología y de unos mecanismos de enculturación perfectamente estructurados, asumidos por la colectividad y con vías abiertas de transformación. "
"El ritual, el baile, la fiesta, el juego profundo, ordenan el mundo en sociedades que están más acá de nuestra idea de la Historia y sus tiempos. Las culturas tradicionales siempre han ido más o menos acordes con el sol o con el ritmo de los astros. Para ellos, el ritmo de la danza, las mudanzas, el ritmo de los cantos son cómputos del tiempo. Por tanto, cuando hablamos de expresiones culturales hemos de entender qué es lo deseable en ellas, cómo conciben el mundo en que hablan, qué consideran que vale o no la pena. Así se van criando -y también perdiendo, resistiendo y cambiando- los elementos de la cultura viva, mucho más vulnerables que las piedras."
sierradesegura.com
Hay mil pueblos extenuados, tristes, vacíos. Voy a ellos buscando la canción de sus calles, la saeta que agoniza en sus tabernas, como si en la música hallara la respuesta a todo; y me voy encontrando a mí mismo en los laúdes, en la voz rajada del pueblo, en los rescoldos que dejan las candelarias. Íberos, fenicios, moros, judíos, bereberes, gitanos… Sigo la estela de gentes que pasaron por aquí, de gentes que ya no existen, la estela de mil pueblos extenuados, tristes, vacíos, que aún cantan mientras se los traga el tiempo.

Ramón Rodríguez



Siguiendo los pasos de los viajeros románticos del siglo XIX, Ramón Rodríguez y Antonio G. Olmedo, recorren los secos y escarpados caminos del Sureste de la península buscando las raíces de unas músicas y tradiciones a punto de desaparecer. Fruto de más de tres años de viaje “El corazón de la besana” es, por un lado, un estudio antropológico del campo andaluz, y por otro, la memoria etnomusicológica de una región que, gracias a su orografía, ha conservado un rico patrimonio musical prácticamente desconocido. “El corazón de la besana” es también un libro de viaje, donde textos y fotografías se complementan para descubrirnos el insólito mundo de los músicos tradicionales, con sus danzas rituales, sus cantos de arada, sus trovos y bailes cortijeros. “El corazón de la besana” es, en definitiva, un viaje literario y visual por los campos del sureste español y sus músicas.
En la plaza de mi pueblo
dijo el jornalero al amo:
"¡Nuestros hijos nacerán
con el puño levantado!"

Y esta tierra, que no es mía,
esta tierra, que es del amo,
la riego con mi sudor
la trabajo con mis manos.

Pero dime, compañero,
si estas tierras son del amo,
¿por qué nunca le hemos visto
trabajando en el arado?

Con mi arado abro los surcos
con mi arado escribo yo
páginas sobre la tierra
de miseria y de sudor.
«En la plaza de mi pueblo» es una canción popular vinculada a la Segunda República Española,​ que se origina durante la Guerra civil española (1936-1939), cuyo origen se suele atribuir a los anarquistas de la CNT-FAI,​ un sindicato que envió a sus propias milicias para luchar junto al Ejército Popular republicano. La melodía es de una canción popular española de 1931, «El Café de Chinitas»,​ que a su vez se atribuye a Federico García Lorca, y que fue grabada por La Argentinita acompañada al piano por el propio Lorca.

En su CD Materia Reservada, el grupo Reincidentes añadían una estrofa a la primera del poema de Lorca versionando bajo el título de "Jornaleros Andaluces" la canción ya conocida como "La plaza de mi pueblo".
http://www.tintaroja.es/cultura/musica-y-revolucion/1242-cuando-la-tierra-habla-canciones-contra-el-olvido
Andaluces de Jaen
Aceituneros altivos
Decidme en el alma
Quien, quien levanto los olivos
Andaluces de Jaen
Andaluces de Jaeeen
No los levanto la nada
Ni el dinero ni el señor
Si no la tierra callada
El trabajo y el sudor
Unidos al agua pura
Y a los planetas unidos
Los tres dieron la hermosura
De los troncos retorcidos
Andaluces de Jaen...
Andaluces de Jaen
Aceituneros altivos
Decidme en alma
De quien, de quien son esos olivos
Andaluces de Jaen
Andaluces de Jaeeen
Cuantos siglos de aceituna
Los pies y las manos presos
Sol a sol y luna a luna
Pesan sobre vuestros huesos
Jaen levantate brava
Sobre tus piedras lunares
No vayas a ser esclava
Con todos tus olivares
Andaluces de Jaen
Andaluces de Jaeen
Aceituneros altivos
Decidme en el alma
De quien, de quien son esos olivos
Andaluces de Jaen
Andalues de Jaeeen
http://www.culturandalucia.com/JA%C3%89N/Canciones_populares_de_Jaen_Melenchones.htm
http://www.jaenescondido.es/folclore.html
Desde su encuentro en la Escuela de Artes y Oficios de Cádiz en 1974, Enrique Naya y Juan Carrero Galofré, iniciaron una relación de amor y creatividad artística que generó una obra vibrante y de cierta manera ayudó a transformar un momento particular de la cultura española.
Cómo equipo, Los “Costus” se convirtieron en icono de lo que fue la Movida madrileña, el movimiento contracultural que vino a mover los cimientos de una Madrid que aún mostraba el letargo en que la había sumergido la larga dictadura franquista. Su Casa de la Calle de la Palma se convirtió en el epicentro del movimiento: De Pablo Pérez-Mínguez a Pedro Almodóvar (fue en “Casa Costus” donde se rodó Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980 primera película de Almodovar en la que recreó el ambiente que se vivía en la casa de Los Costus). De Tino Casal a Fabio McNamara, Alaska, Nacho Canut o Carlos Berlanga y tantos otros, tenían la casa de los Costus como su refugio.
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EL CANCIONERO POPULAR DE JAÉN DE LOLA TORRES. ESTUDIO MUSICOLÓGICO
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Hechizos y conjuros entre los gitanos y los no-gitanos
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