COVID19

Siento mucho si estos días estoy un poco ausente, o confundida, o sueno borde, o me voy sin decir nada. Y aunque no debería preocuparme, porque sé que todo lo que se está generando es una exageración (o mejor dicho, insensible), me preocupo. Y no por mí, sino por los demás. Me preocupan mi madre y mi abuela, ellas, que están muy lejos de mí. Quiero poder volar e ir con ellas, poder ayudarlas en este momento. Antes ya necesitaba volver allí para recargar mis energías, lo necesitaba de verdad, realmente pensaba que me iba a desmayar o llorar o no salir de casa ningún día. Ahora mismo no sé que hacer. Pienso si ir allí les ayudará, claro que les ayudará. Sé que para ellas les dará una gran felicidad verme, pero me pongo en duda: y si no les ayudo en nada, y si después no puedo volver, y si no sirve de nada? me pregunto también si no me dará miedo ahora salir de esta maldita habitación y ver a tan poca gente. También pienso si las calles ahora son más seguras para nosotras.

Me pongo en duda. Pongo en duda mi actitud, mis acciones y mis pensamientos. Estoy confusa, me doy pena. Me siento insegura también. Por qué se me generan estos pensamientos tan negativos. A veces me gustaría poder llorar delante de la cámara del ordenador o del móvil, pero entonces pienso que no es nada lo que está pasando. Cada persona lleva esto de una manera u otra, pero yo no lo estoy llevando nada bien. También, admito que lo que estoy escribiendo ahora lo estoy haciendo a la noche, el 16 de marzo de 2020, a las 23:20. Podría hacerlo cualquier otro momento, pero parece ser que las palabras siempre me vienen en momentos malos y a la noche.

Normalmente escribo a mano. Pero hoy quiero dejar parte de mí en esta página, quiero utilizar este lenguaje para hacer un intercambio. Quiero establecer una conversación muy personal aquí. Cualquiera forma parte de esto, cualquiera tiene todo el derecho del mundo a sincerarse aquí. Nadie le va a criticar. Quiero que todos lloremos aquí mismo, de la misma manera que las lágrimas han empezado a aparecer mientras escribía esto. Creo que podemos, y me apetece compartir esto con vosotras, mientras mi cabeza aun tenga algo de conciencia y algo de sentimientos.

Quiero acabar diciendo, y sincerándome una vez más. Quiero volver a casa, quiero volver a casa. Pero no encuentro fuerzas en este momento para hacerlo.

Abrirse al otro lado de la pantalla

Naomi Klein: Coronavirus Is the Perfect Disaster for Disaster Capitalism

virtual workout
i need sesion de cardiobit plis
20.00h

https://www.youtube.com/watch?v=2CT_-Q8XGUU&feature=youtu.be

"ONE SPECIAL THING OF QUARANTEE ITS THAT A NEED TO BE SEPARATE TO B SO THAT YOU CAN PREVENT CONTAMINATION INFECTION BETWEEN THIS TWO BOTH.

TWO THINGS CANNOT BE IN THE SAME PLACE AND THE SAME TIME"

to be eligible for quarantine you just simply need to be suspected to being a danger to others, very sort of legally and morally unusual tool. Individual can be considered untreated and essential guilty. obviously potential for abuse. Legitimation suspition. Manipulation time and space.

beauty session
marcarillas & relax (?)
18.30h

EL HOMBRE EN BUSCA DEL SENTIDO- VIKTOR FRANKL

VIKI Y ANE HAN HECHO EJERCICIOS EN CASA POR SKYPE: HAN SIDO 15 MINUTOS NIVEL FÁCIL Y INICIAL: SI ALGUIEN SE QUIERE UNIR LAS SESIONES SERÁN A LAS 12H AM CADA DÍA

FIESTA DE DISFRACES
20.30h

Por alguna razón ayer yo tampoco podía dejar de llorar. Disfrazada, alternando mi gorro de cowboy con el ушанка, como si de alguna manera pudiera combatir esto desde el humor (humor, ¡yo!), o como si vistiéndome como si fuera otra persona pudiera vivir esto de otra manera...

Estoy tan enfadada. Tan puta y jodidamente cabreada (estos días no paro de soltar tacos).

Tengo ganas de tirar botes de vidrio al suelo, de romper platos, y vasos y boles. Tengo ganas de reventar la tostadora, el ordenador y la tele. Tengo ganas de destrozar las sábanas y los cojines, y de tirar muy fuerte de la cortina de ducha hasta que la barra que la sostiene caiga contra el plato y lo rompa en mil pedazos. Tengo ganas de gritar poseída rodeada del destrozo.

Tengo ganas de esto constantemente a lo largo del día. A intervalos intermitentes pienso en lo egoísta que soy, y de lo único que me entran ganas es de llorar otra vez.

Taller de hacer galletas
18.00h

virtual workout
i need sesion de cardiobit plis
12.00h

He llamado a mi abuela después de mucho tiempo. Me he reído porque ha empezado a hablarme pensando que era otra persona, y cuando se ha dado cuenta que era yo el tono y el volumen de voz ha cambiado completamente.
Mi madre me ha dicho que está bien, que no sale.
Y entonces ella me da hecho las preguntas de siempre: qué tal estoy, si me estoy aburriendo, si he salido a la calle...
Me ha preguntado a ver cuándo vuelvo, y que me envía besos enormes.
Me ha dicho, al final (y me he quedado sin saber cómo responderle y con lágrimas en mis ojos) que es mejor que mueran ellas, las viejitas, y no los jóvenes, que tenemos aun mucho por vivir.

CUADERNOS PORTÁTILES MACBA:
https://www.macba.cat/ca/buscador/buscador_general_
publicacion_linea_editorial/quaderns-portatils-1764/tipo/publicacion

CONFERENCIAS CCCB:
https://www.cccb.org/es/multimedia/archivo

Desde hace unos días que Jandro y yo comentamos que Albus ya no ronronea. Desde que, hace casi un mes, nos atacó a Livia y a mí en la cocina se comporta de manera totalmente diferente a como siempre ha sido. Estos días está arisco, refunfuñón, sin ganas de jugar ni de que lo acaricies. Llevo tiempo echando de menos al Albus de siempre, pero sobre todo me preocupa que no esté bien.

He tenido un día mierdoso y hace un rato, mientras estaba sentada en el sofá he empezado a llorar. Albus ha saltado y se ha acurrucado entre mis brazos, se ha hecho una bola y ha empezado a ronronear.

A mí me ha sonado a: Tranquila, he vuelto, todo va a estar bien.

Ayer por la noche estaba mirando una serie, porque no estoy haciendo nada, de nada, y me puse muy melancólica, sin saber muy bien a que o por que, pero estaba triste. Eran la 1:30 de la madrugada, y decidí, aun teniendo a mis padres al lado, salir al balcón a fumarme un cigarro, porque realmente lo necesitaba, o creí necesitarlo. Recordé el primer cigarro que me fume yo sola, con 15 años, en el mismo balcón, con mis padres durmiendo al lado, a latas horas de la madrugada. Y me sentí conectada otra vez a ese momento.
Al principio de todo esto, me sentía muy agobiada por el confinamiento, luego empece a acostumbrarme, y ahora estoy triste.
Intento no pensar mucho estos días, porque si me pusiera a pensar, no dormiría.
Solo pienso en las ganas que tengo se ver y abrazar a todo el mundo.
Y pienso en si debería hacer algo, pero no tengo ganas de hacer nada, y eso me asusta.
Creo que necesito estar todo el rato hablando con gente, porque sino, me sentiré sola, y entonces, entonces empezare a pensar.
Yo también lloro, y no quiero saber porque.
No es la situación la que me asusta, soy yo la que me doy miedo. Por mis conductas autodestructivas depresivas. Porque si empiezo, ya no podré salir.
Y hace poco escribí un poema, un relato, un algo, que no quiero volver a leer, porque me doy miedo cuando escribo. Porque cuando escribo, escribo lo que pienso, pero no quiero decirlo. Escribir es mi arma mas peligrosa. Por eso lo evito. Porque dejarlo por escrito, lo hace mas real.
Y me pregunto como lo llevan los demás, y en que pensaran cuando cuelgan el skype.

ESTA SEÑORA ESTA PUTO LOCA PERO ES LA MEJOR PARA HACER UN POQUITO DE CARDIO, PA REBAJAR LAS LORZAS DE CONFINAMIENTO

¿PENSANDO EN HACER UN VOLUNTARIADO EN LA INDIA ESTE VERANO? NOS PARECE GENIAL, PERO TAMBIÉN PUEDES APROVECHAR EL CONFINAMIENTO PARA AYUDAR A OTRAS PERSONAS DESDE CASA <3

PELICULA MUY RECOMENDADA:
BLANCANIEVES
VERSION ESPAÑOLA Y MUDA :)

A.I.R. Gallery (NYC) is a non-profit arts organization founded in 1972. It is an artist run organization and exhibition space that supports the open exchange of ideas and risk-taking by women and non-binary artists in order to provide support and visibility. A self-directed governing body, the organization is an alternative to mainstream institutions and thrives on the network of active participants.

EL CORONAVIRUS COMO DECLARACIÓN DE GUERRA,
Santiago López Petit.

Por la mañana me lavo las manos a conciencia. Así consigo olvidar los ojos arrancados por la policía en Chile, Francia o Irak. Antes de comer, me vuelvo a lavar las manos con un buen desinfectante para olvidar a los migrantes amontonados en Lesbos. Y, por la noche, me lavo nuevamente las manos para olvidar que, en Yemen, cada diez minutos, muere un niño a causa de los bombardeos y del hambre. Así puedo conciliar el sueño. Lo que sucede es que no recuerdo por qué me lavo las manos tan a menudo ni cuando empecé a hacerlo. La radio y la televisión insisten en que se trata de una medida de autoprotección. Protegiéndome a mí mismo, protejo a los demás. Por la ventana entra el silencio de la calle desierta. Todo aquello que parecía imposible e inimaginable sucede en estos momentos. Escuelas cerradas, prohibición de salir de casa sin razón justificada, países enteros aislados. La vida cotidiana ha volado por los aires y ya sólo queda el tiempo de la espera. Fue bonito oír ayer por la noche los aplausos que la gente dedicaba al personal sanitario desde sus balcones.

Permanecemos encerrados en el interior de una gran ficción con el objetivo de salvarnos la vida. Se llama movilización total y, paradójicamente, su forma extrema es el confinamiento. “La mayor contribución que podemos hacer es ésta: no se reúnan, no provoquen caos”, afirmaba un importante dirigente del Partido Comunista Chino. Y un mosso que vigilaba ayer Igualada añadía: “Recuerde que, si entra en la ciudad, ya no podrá volver a salir”, mientras le comentaba a un compañero: “el miedo consigue lo que no consigue nadie más”. Pero la gente muere, ¿verdad? Sí, claro. Sucede, sin embargo, que la naturalización actual de la muerte cancela el pensamiento crítico. Algunos ilusos hasta creen en ese nosotros invocado por el mismo poder que declara el estado de alarma: “Este virus lo pararemos juntos”. Pero solamente van a trabajar y se exponen en el metro aquellos que necesitan el dinero imperiosamente.

Cada sociedad tiene sus propias enfermedades, y dichas enfermedades dicen la verdad acerca de esta sociedad. Se conoce demasiado bien la interrelación entre la agroindustria capitalista y la etiología de las epidemias recientes: el capitalismo desbocado produce el virus que él mismo reutiliza más tarde para controlarnos. Los efectos colaterales (despolitización, reestructuraciones, despidos, muertes, etc.) son esenciales para imponer un estado de excepción normalizado. El capitalismo es asesino, y esta afirmación no es consecuencia de ninguna afirmación conspiranoica. Se trata simplemente de su lógica de funcionamiento. Drones y controles policiales en las calles. El lenguaje militarizado recuerda el de los manuales de la contrainsurgencia: “En la guerra moderna, el enemigo es difícil de definir. El límite entre amigos y enemigos se halla en el interior mismo de la nación, en una misma ciudad, y en ocasiones dentro de la misma familia” (Biblioteca del Ejército de Colombia, Bogotá, 1963). Recuerden: la mejor vacuna es uno mismo. Esta coincidencia no es extraña, ya que la movilización total es sobre todo una guerra, y la mejor guerra —porque permanece invisible— es aquella que se libra en nombre de la vida. He aquí el engaño.

Si la movilización se despliega como una guerra contra la población es porque su único objetivo consiste en salvar el algoritmo de la vida, lo cual, por descontado, nada tiene que ver con nuestras vidas personales e irreductibles, que bien poco importan. La “mano invisible” del mercado ponía cada cosa en su sitio: asignaba recursos, determinaba precios y beneficios. Humillaba. Ahora es la Vida, pero la Vida entendida como un algoritmo formado por secuencias ordenadas de pasos lógicos, la que se encarga de organizar la sociedad. Las habilidades necesarias para trabajar, aprender y ser un buen ciudadano se han unificado. Éste es el auténtico confinamiento en que estamos recluidos. Somos terminales del algoritmo de la Vida que organiza el mundo. Este confinamiento hace factible el Gran Confinamiento de las poblaciones que ya tiene lugar en China, Italia, etc. y que, poco a poco, se convertirá en una práctica habitual a causa de una naturaleza incontrolable. El Gobierno se reestataliza y la decisión política regresa a un primer plano. El neoliberalismo se pone descaradamente el vestido del Estado guerra. El capital tiene miedo. La incerteza y la inseguridad impugnan la necesidad del mismo Estado. La vida oscura y paroxística, aquello incalculable en su ambivalencia, escapa al algoritmo.

clase de maquillaje con Nousk

He vuelto a ver
por enésima vez
las luces de mi ciudad.

saber
que ese silencio
es la estela de la derrota.

El ocaso es frágil
la vida más

Estuvimos aferrados a las luces encendidas
suplicando a los vecinos que no las apagaran.
Las casas eran nuestra única esperanza.

Y fuimos a los veinte días desahuciados.

NO SÉ POR DONDE EMPEZAR, HOY NO CONSIGO HILAR IDEAS. ASÍ QUE CREO QUE VOY A VOMITARLAS PORQUE LO NECESITO

Este es un fragmento de un poema que Javier escribió. se llama Ocaso, y pertenece al poemario Exilio Interior.

Lleva varios días rondándome.

desde la semana pasada siento lo real se me lleva por delante...
me retumban los pensamientos, me abruman los sentimientos
a la par atravesados y sin conexión
es muy extraño sentir que quieres huir de la propia trinchera
no encuentro refugio en mi propia habitación

últimamente - antes del confín del mundo - estaba sintiéndome muchísimo mejor con lo que me rodeaba, cómo cuando empiezas a intuir que entiendes cuál es tu lugar, tal vez no un lugar, pero sí una posición. una posición cómoda, un tanto indefinida, un entre, un entre perdido que se comenzaba a dibujar, un algo en alguna parte. y eso tiene que ver directamente con un nosotr*s.

encontrar en el encuentro que encontrarnos es encontrarse.

me veo torpe, desorientada, fuera de contexto.
se me da fatal esto de la interfaz.
y de las imágenes entrecortadas
solo llega el eco perdido de alguna voz

noto los cuerpos hologramas interrumpidos
noto perdemos los afectos
y no encuentro la manera de estar cerca estando lejos

la distancia me ha devuelto a un lugar sin nombre

Llevo toda la tarde
frente a la pantalla
queriéndo decir algo
que no sé lo que es

He empezado a hacer videollamadas con mi ama y mi amona.
Ahora ellas me ven y yo les veo, y puedo ver que están bien.
Le enseñé mis plantas a mi amona y se puso contenta. Y me dijo que estaría muy entretenida cuidándolas. Y se puso feliz porque a ella le gustan las plantas (aunque ella cuida más a flores).
Me acordé de la historia que me contó en León. De ciertas flores y árboles y plantas del jardín de nuestra casa. Me contó cual era la favorita de su madre. Y que un arbusto lo trajo el primo de mi aitona después de que se casaran. Me daba tareas como cortar tallos de tomates que se descontrolaban. Y cortar las rosas secas. Me contó que un rosal lo trajo mi tío, y que cada año da muchísimas flores, de color melocotón brillante. Me gusta verla regar la huerta y las flores. Le ayudo a estirar la manguera para que de toda la vuelta a la casa. Ella se arrastra su silla y se queda en el sol regando las plantas. Le pone un calcetín para que el chorro del agua no salga muy fuerte para las plantas. Inunda las callecitas de tierra con agua. Y ensucia sus zapatos de tela, y los agujeros de estas zapatillas cada vez se hacen más grandes.
Y entonces le he pedido a mi ama que le pida a la amona la receta de sus croquetas, que lo apunte y que me lo pase.
Mi amona me enseñó a hacer sus croquetas de jamón y huevo en navidades, pero no le presté mucha atención.
Y ayer hice unas galletas. Y quiero hacer más comida. Y entonces he pensado que quizá me estoy convirtiendo una abuela en este tiempo. Y no me molesta porque si tengo como referencia a mi abuela, no me importa convertirme en una amona.
Y mi ama siempre me repite que si puedo que vuelva. Pero le explico que no puedo ir, o que no quiero ir, porque no quiero ponerlas en peligro. Le he dado ejemplos de personas y creo que lo ha entendido mejor.

En la asignatura de Didáctica y pedagogía, cuando vino Marta Galán y nos propuso su ejercicio, escribi en el papel QUIERO VOLVER A CASA. En ese momento aun no tenía ni idea que la cuarentena que nos iban a ordenar fuese tan larga, y que me haría pensar muchísimo. Yo de antes ya tenía muchas ganas de volver a casa. A mediados de febrero me entró la depresión. No tenía ganas de salir a la calle, ni ir a hacer birras. No me adaptaba al horario de prácticas. No quería salir a la calle pero tampoco quedarme en casa, no estaba y estoy a gusto. Llevaba mucho tiempo sin volver a mi verdadera casa, y necesitaba llenar mi energía allí. Me daba mucha pena no poder ir a Prado Maguillo, no poder participar en esto. Pero allí me esperaba el día 4 de abril una cena en una sidrería con mis amigas. Me esperaba la comida de mi ama, el ruido de la radio de mi amona. Mi habitación. El viaje de semana santa a Asturias y el descenso del Sella. Esperaba con ansías el momento de llegar a mi pueblo.
Al final resulta que el billete de tren el día 4 se canceló porque se amplió la cuarentena. Y ahora me he quedado sin casa, sin viaje, sin energía y con falsa positividad.
Intento rellenar este hueco haciendo Skype, escribiendo o comiendo. Pero nunca podrá esto sustituir a lo que se me quedó allí.

Hay algo que me ronda por la cabeza, que me invita a pensar lo que tu propones. No se si lo has pensado, pero a mi me preocupa. Estamos inscritos en una democrácia neoliberal y como agentes, como ciudadanos, como individuos estamos cohartados tanto en los circuitos en donde nos estamos moviendo, tanto en las maneras en las que podemos ejercer nuestros derechos (No es lo mismo una persona con papeles que sin papeles. No es lo mismo una persona con un nivel adquisitivo mayor que otra) de hecho somos agentes con derechos a priori y a posteriori, tus condiciones de vida, tus condiciones sociales hacen de tí una persona concreta, y esta concreción se traduce luego en cómo la ejecutas en los espacios.

Esto me deriva de manera muy rápida a la esfera del entramado urbano con sus múltiples equipamientos, sus parques, sus calles... no se que función tienen mas allá de funcionar ideológicamente, no se si me sigues, no se si lo sientes; yo considero a estos espacios ya carentes de una cosa muy importante y es ejercer tu derecho de ocupación y me explico: estos espacios si los enmarcas están pensados desde instituciones, desde espacios jerarquizados en donde arquitectos y urbanistas han emplazado las ideas en un espacio físico real. Cuántas cosas han pasado en esa traducción, cuantas cosas se han dejado de lado. Decía que no puedes ejercer tu derecho a "ocupar" porque de hecho con esa ocupación no estás solo rellenando un lugar, no estás solamente "estando por estar", creo que todo espacio nos articula y nos hace sus agentes.

Aquí me pregunto. ¿Que debemos hacer con el espacio público? No lo siento público, no lo siento mío. La calle no me invita a estar en ella, un parque no me invita a sentarme, una plaza no me invita a ocuparla.
Entonces me pongo a pensar el papel de la democracia en los espacios públicos, siento que, aunque te puedas mover con "presumible" libertad me da a pensar en qué condiciones: empiezo a pensar que en los lugares por los que me muevoy discurro; y en parte nos veo a las personas como una especie de vehículo que lo que hace es seguir por sendas conocidas, habituado a sus caminos. Un caminante que ya ha sido hecho para andar.

Somos personas que nos habituamos, nos cuesta, pero lo hacemos. Somos individuos que seguimos patrones. ¿No es en esta perspectiva la democracia un instrumento más de direccionabilidad del individuo? ¿No es una herramienta más de nuestro autogobierno?

Ahora voy a tu tema (nuestro?) La comunidad. El papel que tiene creo que es super interesante. Desde el unto de vista antropológico, por ejemplo: ser parte de, dar respuesta a: El mundo, a las relaciones. Sentirse parte de un grupo social. Pero me pregunto, ¿qué realmente se consigue al estar en un grupo? No se si entiendes la pregunta, doy por hecho que da seguridad, da pertenencias, da estabilidad, tejes redes de relaciones y afectos... pero si la pensamos como un lugar común; un lugar, en ese sentido ontológicamente: neutro y parcial ¿qué legitima? ¿qué articula?
Hay una reflexión que me hace pensar en esto: todo grupo está hecho de una superposición de individualidades y no de su aglomeración. Por el hecho de estar aglomerados no estamos en grupo. Lo común no implica comunidad. Esta frase creo que te la dije ese día en el mendi cuando me ponías al tanto de tu proyecto, o de tus intereses. Ahora espero poder explicarme más.

Resumo el mail: Si nos pensamos como individuos neoliberalistas y pensamos en cómo nos movilizamos por el espacio "público" ¿no podríamos decir que es meramente un espacio que se hace ver como neutral, como impersonal, como ajeno a nosotros (se presenta como listo, como disponible a usar) mientras lo que no estamos viendo es cómo todo el entramado urbano funciona paradójicamente para inhabilitar lo común de la comunidad? En otras palabras: ¿Es nuestra pre-presentación como democráticos lo que nos desvirtúa como actores potencialmente democráticos?

Creo que lo que quiero decir, perdón por alargarme, es que todos estos factores, todos estas producciones espaciales y nuestra disposición como ciudadanos hacen difícil ver que el espacio puede ser un lugar afectivo, estético y poético. ¿Eso hicimos en Fabra?

Espero que este mail te ayude, y a la espera, si quieres, de continuarlo. Un abrazo. Cuídate.

Uffff!!! Me explota un poco el coco, a ver si me puedo explicar...

Primero de todo mil gracias por tu mail y tus reflexiones, pienso que voy a ir leyéndolo despacito mientras te contesto, porque no quiero dejarme nada.

Lo segundo que quiero decirte, y que es muy importante al menos para mí, es que este tema es nuestro, siempre.

Te adelanto que mis reflexiones van, como de costumbre, acompañadas de "tontos", "facilones" o quizás "poco académicos". Iba a empezar esta frase disculpándome por ello, pero últimamente cada vez me gusta más este tipo de reflexión y escritura, que para mí es forma de resistencia. Ahí va...

Pienso que la cuestión no reside únicamente en el estar en un grupo, me explico: Por ejemplo, yo formo parte del grupo de mi gimnasio, sin embargo no me siento ligada al mismo. Por otro lado, me siento muy ligada a vosotrxs, y ligada, de una forma completamente diferente a mi grupo familiar. (También podemos debatir conceptos como la amistad y la familia). En ese sentido, estoy de acuerdo en que lo común no implica la comunidad.

Pensando la comunidad desde un lugar común reflexiono: ¿Condicionan los lugares la comunidad? Pienso en personas que tienen que huir de estos lugares "públicos" que les han arrebatado para ir a otros "prestados", y concluyo que sí, que claro que condiciona. Pienso también en comunidades virtuales, gente que compartir un lugar "virtual" pero no uno físico, y que éste condiciona igualmente. Y con esto de lugares no virtuales pienso en los nómadas (a los que nos parecemos cada vez más) y en lugares comunes portátiles...De cualquier forma, no comparto que los lugares, públicos o no, sean neutros ni parciales. Como comentabas antes estos lugares "están pensados desde instituciones, desde espacios jerarquizados en donde arquitectos y urbanistas han emplazado las ideas en un espacio físico real" por tanto, partimos de que estos lugares se generan desde una ideología concreta, para unas personas concretas y con una función concreta. Lo que me pregunto es: ¿Tienen sentido estos lugares durante la cuarentena? ¿O tienen más sentido que nunca? Las calles y las plazas no están pensadas para la divagación, para el estar. Como sabemos, la Vía Laietana se construyó como forma de conectar los hogares burguesía catalana con el mar, destrozando a su paso miles de casas de proletariado barceloní. Esta calle no se pensó para la deriva, no se pensó para el disfrute: se pensó como un acceso, un medio para llegar a otro: del hogar burgués a la playa. Hoy en día nadie pasea tranquilamente por Vía Laietana (aunque recientemente se han empezado iniciativas vecinales para cambiar esto: https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20190319/461129561181/la-nueva-via-laietana-sera-para-los-peatones-las-bicicletas-y-el-transporte-publico.html ).

Teniendo en cuenta la "motivación principal" de la creación de esta calle, de este espacio público, y el actual uso que se está dando de ella: atravesarla para ir a comprar productos de primera necesidad, productos farmacéuticos o para ir y volver del trabajo, pienso ¿No está esta calle cumpliendo AHORA la función para la que había sido creada? Mero tránsito. Encuentro paradójico al mismo mismo, la potencia de estas reflexiones y la imposibilidad de hacer nada con ellos, en este momento.

Por tanto, no considero que el espacio público (o cualquiera de ellos) sea neutral, sin embargo estoy parcialmente de acuerdo en otros adjetivos que utilizas como "ajeno a nosotros" y pienso que tiene relación con lo que comentabas anteriormente con respecto a la clase social a la que pertenecemos. Lógicamente espacios como la Vía Laeitana o Passeig de Gràcia nos resultan ajenos: Nunca fueron creados para nosotrxs. Sin embargo, pienso en las personas que viven en la plaza de la antigua Massana, y ojalá pudiera preguntarles si consideran esa plaza "ajena a ellxs" (otra imposibilidad del pensamiento y la práctica ahora mismo). Yo no considero que sea ajena a mí, de la misma forma que no considero la calle en la que vivo ajena a mí: Me molesta cuando la gente saca a pasear los perros y dejan las cacas en el suelo, o cuando la tienda de abajo de casa pone la música demasiado fuerte, o cuando los turistas gritan borrachos por las noches. De la misma forma me ha hecho reír un niño que hoy, desde un balcón que yo no podía ver ha empezado a gritar: Holaaaaa, y sin vernos nos hemos deseado un buen día a voces. También me gusta entrar a mi calle y ver la ropa colgada en los balcones o el vecino que saca a pasear a su perro (ambos guapísimos) y que recoge las caquitas. No siento ajeno el Mendizábal (qué ganas de tomarnos un café, ¿no?), ni siento ajeno el edificio de la nueva Massana, aunque no me guste). Pienso que, a pesar de que hay lugares que, en efecto nos parecen que no tienen nada que ver con nosotrxs, hay otros que nos tocan, que nos importan y que nos identifican.

Mientras leía lo que he ido escribiendo he pensado también en el tema de la propiedad. Pienso que deberíamos, sobre todo nuestra generación con la que nos espera, modificar el concepto de la propiedad y sus afectos. Con mi edad mis padres tenían una casa propia, era suya y la sentían como tal. El piso donde vivo yo no es mi propiedad legal, no lo he comprado, vivo de alquiler (y muy probablemente esto seguirá siendo así durante bastante tiempo). Siguiendo pensamientos de generaciones anteriores podíamos alegar una falta de vínculo con el lugar (que en este caso no es público, sé que me estoy yendo) porque no es de nuestra propiedad a nivel legal, sin embargo ¿Qué ocurre a nivel emocional? Pienso que podemos hacer un símil con Fabra, llevándolo así a un espacio público: Fabra no es nuestro (apenas teníamos un espacio demasiado determinado donde estar) sin embargo entre todas lo hemos cuidado, lo hemos vivido y disfrutado. ¿No nos liga eso a este espacio?¿No lo hace esto nuestro?

"Mientras lo que no estamos viendo es cómo todo el entramado urbano funciona paradójicamente para inhabilitar lo común de la comunidad? En otras palabras: ¿Es nuestra pre-presentación como democráticos lo que nos desvirtúa como actores potencialmente democráticos?" Sin duda, como todo, la democracia es un arma de doble filo: lugares, textos, administraciones... que se crean para "asegurar lo común" se desvinculan constantemente de su función original para derivar, por ejemplo en intereses financieros para la "alta" sociedad, olvidando aquellos a quienes se había prometido proteger. Se crean espacios de estar (que no termina de ser así) pero se aprueban jornadas laborales que no permiten más que el transitar, se crean leyes para asegurar nuestra convivencia aislándonos de ella. Pienso que la crisis del Covid19 no hace más que poner en manifiesto, en mayúsculas y negrita, todas las contradicciones democráticas en las que llevamos mucho tiempo inmersxs.

¿Qué opinas?

Siento la cabeza a toda castaña!! Me hacía mucha falta esto, muchas gracias por activarme el coco.

Muchos abrazo,
m.

Este libro está escrito día a día,
a ratos perdidos,
a amigos perdidos.
Los poemas (¿son poemas?)
no tienen orden ni concierto,
- sé que a veces desconcierto -
pero están escritos con cierto
amor.
Esto no es un libro, es una mujer.

Y lloro porque me siento sola.
Porque la pantalla no me puede abrazar.
Porque lo que mas añoro, no es salir,
sino dormir con gente,
abrazados, acurrucados,
en una cama pequeña, pero acogedora.
Y despertarme a vuestro lado, a tu lado.
Y hacer café por la mañana,
en una casa que no es la mia,
pero como si lo fuera.

27M_1:07

la carne reside en la voz
la voz reside en la carne

perdemos el afecto
afectamos la perdida

¿el orden de los factores
altera el producto?

¿cómo movernos juntas sin estarlo - o estando de otra manera?
¿a caso seguimos bailando cada una en su lugar?
¿y si tratamos de ver cómo se ven estas coreografías?

¿qué tenemos entre manos?

Mis manos esperan,
con ansia,
el momento
de volver a veros

No sé por dónde empezar. Tampoco tengo muy claro qué tengo que empezar. Hoy me he visto envuelta en la capacidad de la potencia que me tiene bloqueada. ¿Potencia de qué?
Me gustaría poder sentarme a escribir pero no sé empezar. Siento que he perdido el sentido. Soy incapaz de leer, incapaz de escribir, incapaz de moverme ni que sea del sofá a la cama. No es aburrimiento, es desesperación.
Me siento desesperadamente sola.

i can feel u bro

text me cuando quieras, tengo una escucha activa que no te decepcionara.
<3
Nousk.

oye que llevo to el día pensando en un interrogante existencial que necesita ser politizado

hoy he caído en la cuenta de que llevo prácticamente 15 días sin usar bragas ni sujetador, pues no se porqué, osea si lo se porque estoy estamos en casa xd

he contado mi pequeño gran secreto a mis amigas, en lo llevar las milongas al aire se han visto reflejadas, pero no han tolerado lo de mis panties....me juzgan por disidente... ya sabéis lo transgresor siempre incomoda...pero no sé.... que me estoy cuestionando en qué momento histórico la humanidad se planteó su necesidad (¿o la impuso?), y wtf en qué contexto, PARA QUÉ COÑO QUIERO BRAGAS; he hablado con maribel, ese argumento higiénico que me ha dado me chirria eeh i dont believe it.

pero aver, en este proceso de deconstrucción de la ropa interior - que qué creepy lo de interior, le da cómo un halo de misticismo carnal, tal vez por ahí va el asunto...- habrá gente que haya reflexionado entorno a esto? alguna tiene respuestas a mis incógnitas?? tampoco sé si soy la única que se ha encontrado con esta suerte de praxis, alguien se siente interpeladx, reconocidx?

buscaba aquí cobijo intentando hayar un espacio seguro ante tanta incertidumbre vital ¿seguiré llevando bragas cuando salgamos a la calle? excepto por el tema del roce que me podría preocupar, la duda me asusta y creo que a certeza más.

EL ISSUE DE MIS PANTIES

He estado pensando en torno a la comunidad, porque estos días nos hemos estando viendo menos. Pero aun no vernos tanto como la primera semana, me sigo sintiendo acompañada de todos vosotros.
Es como ese amigo al que no ves en 6 meses, pero cuando os veis, es como si no hubiera pasado el tiempo.
Creo que después de dos semanas, estamos empezando a acostumbrarnos, y empezando a encontrar nuevas maneras de convivir y sobrevivir.
Me doy cuenta de que para hacer comunidad, se nos pasa por alto lo más importante; el lugar. Al igual que en Aquí no hay quién viva, el personaje principal es Desengaño 21.
Para la comunidad, hace falta un lugar.

No tuve nada. Lo di todo. Quise dar, no encontré quien recibiera.

Violeta Parra.

Esta tenía que haber sido una noche de no dormir. Para mí al menos lo ha sido, pero por otras razones; no sé si las equivocadas o las adecuadas a la situación. Lo que esperaba que fuera una noche de emoción contenida, expectativas y nervios de los que nos cogían la noche antes de ir de colonias o de excursión con el cole ha acabado materializándose en una noche de pesadillas, mosquitos y gritos de "viva Franco" y los respectivos abucheos por los balcones de mi barrio.

Supongo que en lo más profundo de mi cabeza, o de mi corazón, seguía teniendo algo de esperanza de que hoy estuviéramos de camino a Prado Maguillo para hacer cosas locas todxs juntxs.

Como ayer no podía dormir y entraba y salía de la duermevela entre espasmos, Jandro cogió este libro de la mesita de noche y estuvo leyendo en voz alta hasta que finalmente caí dormida. Escuchaba las palabras de Warhol en la voz de Jandro (una cosa muy rara por cierto, porque en mi cabeza Warhol tiene voz de pito) y de vez en cuando doblaba la esquina de la página por la que Jandro iba leyendo. Al principio Jandro pensaba que estaba haciendo un origami disfuncional (disfuncional como este texto, o como todo lo que hago estos días en general), hasta que en algún momento entendió que querría volver a ese párrafo estúpido en un futuro.

Es curioso las cosas que recordamos, estos días he estado recordando mucho y viviendo peligrosamente en los recuerdos: Ese café helado que me tomé en el lago Balaton el verano pasado, el bocadillo de croquetas que improvisamos en un área de servicio entre Úbeda y Barcelona, las clases de dibujo y pintura en la antigua Massana, los conos de papel para las palomitas "anticorona" que inocentemente improvisamos el día antes de la cuarentena...

Pero me he dado cuenta de que no sólo recuerdo cosas que han pasado sino que, aún más, vivo en los recuerdos de las cosas que no han podido pasar, como este viaje en coche. ¿A esto se le llaman recuerdos también? ¿O son fantasías? Siempre había pensado en las fantasías como escenarios de magia, con colores indescriptibles y purpurina (probablemente con Kàtia subida a un árbol tirándola desde una rama a la imagen). Qué chungo darse cuenta de que mis fantasías en realidad no se desarrollan en un escenario de cuento chungo, sino en un chungo coche alquilado. Centauro Rent a Car patrocinador oficial de las fantasías de Maria Latorre.

Por otro lado, desde que hablamos el otro día pienso mucho también en lo que dijo alguien de: "Para muchos de nosotros Massana ya ha acabado, ya no haremos más clases en Massana. Ya no haremos más clases juntas". Y llevo días dándole vueltas y esforzándome por recordar esa última clase juntas. Estrujando mi cabeza para recordar ese recuerdo que es muy importante para mí y que quisiera retener en mi cabeza para siempre, y cuidarlo con el cariño que se cuida una flor. Pero no puedo. Cada vez que intento volver al recuerdo de la última clase mi cabeza se bloquea. Hay un cortocircuito en mis neuronas y vuelvo al recuerdo-fantasía del coche alquilado.

Me molesta cuando los amigos o familiares de Jandro le preguntan cómo estoy y contesta: "Bueno, se le ha jodido el TFG". Me molesta cuando mis padres me dicen que es "sólo un TFG" o cuando mi tutor me insiste en que lo reconvierta. Me molesta la frase "no será lo que querías hacer, pero haz otra cosa y ya harás esto en otro momento". Me molesta ultramanera, pero no he sabido explicar por qué.

Supongo que porque para mí la importancia no estaba tanto en el TFG sino en nosotrxs. Quizás no puedo recordar esa última clase juntas porque para mí esa última clase iba a ser el dichoso TFG. Quizás por eso cada vez que intento recordar la última clase juntas mi inconsciente me lleva al jodido coche que nunca llegamos a alquilar.

Mi filosfía de A y B y de B y A.
Andy Warhol.

"El tiempo es el tiempo que fue (...) A veces te invitan a una gran fiesta y durante meses piensas en lo excitante y espectacular que será. Entonces vuelas a Europa y vas a la fiesta y cuando piensas en ella un par de meses después, quizás recuerdes el coche que te llevó a la fiesta y no recuerdas nada de la fiesta. A veces los pequeños momentos que tú crees que son insignificantes mientras ocurren, resultan hitos en toda una etapa de tu vida. Podría haber estado soñando durante meses con ese viaje en coche y con vestirme para ese viaje y con comprar mi billete para Europa con el fin de poder hacer ese viaje en coche. Entonces, quién sabe, quizás habría recordado la fiesta".

escribí esto el mes de enero para una persona (en) especial. cuando no encontraba "palabras" para explicarme, encontré a los versos. ahora que todo parece ser tan imposible en muchos sentidos, siento que lo que quería decirle a ella se lo quiero decir a todo el mundo.

es curioso como a veces lo que no se sabe, lo que no se puede, se guarda, se silencia, y con el tiempo y con la distancia, se transforma; parece que se torna en universal, o al menos, viaja mucho más allá; trasciende ese contexto singular que le dio vida.

27 dias

No pienso,
No digo,
No hago,
No soy.

No me importa,
No siento,
No quiero,
No estoy.

ttp://lobosuelto.com/manifiesto-de-la-practica-escenica-silvio-lang/

IV.

Cualquier práctica insumisa instituye una pragmática con su método provisorio y situacional. Acá, el método es solo una estrategia intensiva para que una potencia exista. Para hacer de algo que tiene una intensidad menor una potencia pública, es necesario hacerse de un método provisorio en el campo de la pragmática que se nos va armando al investigar. Si no reconfiguramos el modo en el que hacemos las cosas, no cambia nada. Crear potencia implica poner en interrogación los modos de producción existentes. Crear potencias intensificadas es hacer esfera pública. La esfera pública existe cada vez por las potencias que la afectan. Las potencias insumisas crean relaciones que no existían aún, usan los recursos de una manera nueva. Y una creación escénica es posible a partir de esa intensidad menor que se resiste a ser pensada. A partir de una impotencia se produce potencia. ¿Cuál es nuestro lugar de lo impensado de nuestra impotencia? Ahí, en eso que nos afecta, en eso que nos hace gritar, en la rabia contra lo único, en cada hartazgo. Pero también en cada brote de dicha hay una posibilidad para pensar y crear. ¿Cómo hacemos lugar a ese grito? Nuestro lugar de enunciación singular. Desde donde nos manifestamos es un lugar a actualizar. Constantemente. Se nos escapa de nuestra voluntad y se nos impone. No es de nadie y es de todes les que participan ahí. ¿Cómo se construye esa trinchera de enunciación? ¿Desde qué sentires, qué corporalidades, qué privilegios, qué categorías? ¿Cómo hacer de ese lugar “un lugar del deseo”, como dice la amiga coreógrafa Paulina Mellado? ¿Cómo tejemos nuestro altarcito de invocación, nuestra tierra de manifestación, nuestro monumento de grito descolonizado y singular? ¿Cuáles son las preguntas que nos singularizan? Las preguntas-gritos, las preguntas-rabias, las preguntas-hartas, las preguntas-dicha.

“Crear potencia implica poner en interrogación los modos de producción existentes. Crear potencias intensificadas es hacer esfera pública. La esfera pública existe cada vez por las potencias que la afectan. Las potencias insumisas crean relaciones que no existían aún, usan los recursos de una manera nueva. Y una creación escénica es posible a partir de esa intensidad menor que se resiste a ser pensada. A partir de una impotencia se produce potencia.”

Inventemos, amigas, las preguntas que podamos habitar, las preguntas que nos singularicen, que singularicen las relaciones en las que estamos implicadas y participamos, que patenticen nuestros procesos de mutación, que precisen nuestros enfoques metodológicos. Experimentemos una serie de pruebas desconocidas que arriesguen un cuerpo, que hagan pasar intensidades impensadas. ¿Qué cuerpos están en riesgo en nuestras experimentaciones? ¿A qué riesgos estamos dispuestas a ingresar? Necesitamos inventarnos “una teoría lo suficientemente buena”, como dice nuestra líder travesti-trans Marlene Wayar. Necesitamos una actitud o una ética escénica de inspiración travesti. Filtrar y transfugarnos de las relaciones de policiamiento en las que nos encontramos cada vez. Nuestra actualidad se dirime en el momento en el que podemos desplazar los límites de nuestro presente importado, en el que podemos desbordar el cerco de la legitimidad careta de la sociedad adaptada. Ahí se juega la posibilidad creadora de nuestra práctica. Crear lo por-venir siendo, el “pueblo que viene” (Deleuze y Guattari) desde las “mil mesetas” de la tierra. ¿Con quiénes hacemos pueblo? ¿Quiénes son les aliades de nuestra pueblada? ¿Quiénes son las partisanas amigas de la nueva política de la práctica de creación escénica? Amigas, ya no seremos genios artistas ni luminarias locas ni héroes del rock ni fenómenos de la danza ni heroínas del teatro ni freaks de show ni divas de ópera. Estamos siendo, estratégicamente, agitadoras históricas de afectos en lucha.

Manifiesto de la práctica escénica

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Silvio Lang

Desde que el Gobierno de España anunció, el pasado viernes 14 de Marzo de 2020, la instauración del estado de alarma como medida para combatir la pandemia del Covid19 estamos en casa. El Real Decreto, vigente durante los siguientes quince días naturales a partir de su aprobación, establece un periodo de confinamiento para todxs lxs habitantes del “territorio nacional”, que no podrán transitar por la vía pública a excepción de realizar puntualmente actividades como hacer la compra, ir a la farmacia, ir al banco, o pasear a sus animales de compañía, entre otras.

Queda anulada al mismo tiempo la actividad educativa presencial,de cualquier modalidad, quedando permitida las clases “online”
cuando estas sean posibles. También quedan cerrados museos, centros cívicos, restaurantes, bares, bibliotecas y prohibida cualquier actividad de ocio como fiestas, verbenas, desfiles...

Para nosotrxs, una de las consecuencias de la situación de confinamiento que vivimos ha constituido el aplazamiento de insertar_nombre, residencia artística/espacio de laboratorio de experimentación y error que habíamos organizado a partir de las reflexiones expuestas anteriormente, y que iba a tener lugar en el Cortijo Niebla (Prado Maguillo, Jaén). Tenemos la ilusión de que insertar_nombre ocurra, en algún momento.

Sin embargo, pensamos que dejar todo esto en un “algo que podría haber sido” o que “podrá llegar a ser” nos deja con mal sabor de boca. No querríamos caer en filosofías que chocan con la realidad y resultan imposibles llevar a la práctica. Nos gustaría intentar salir de este pesimismo en el que hemos estado envueltas estas semanas. Con esto no queremos decir que este sea un texto optimista, no lo es. Sin embargo, hemos querido intentar no sacrificar el presente por una revolución en la distancia.

¿De qué somos capaces (o qué se nos permite) aquí y ahora, en este momento, en este lugar? ¿Qué supone socialmente el aislamiento que estamos viviendo?, ¿Qué supone para una comunidad?, ¿Qué supone para nosotrxs?, ¿Aplican las reflexiones y propuestas planteadas en insertar_nombre en casa?

insertar_nombre en confinamiento

Ante la imposibilidad de juntarnos (ya fuera en insertar_nombre o en cualquier sitio que no fuera virtual), se propone a partir del confinamiento el uso de esta plataforma como un espacio virtual de cuidados. La intención no era trasladar literalmente las propuestas planteadas para la residencia a un contexto virtual, ya que consideramos que las residencias tienen un componente corpóreo que se desarrolla en un lugar y espacio determinados, y que no pueden ser traducidas literalmente a un contexto virtual. La propuesta consistía en hacer uso de una plataforma ya existente para sentirnos acompañadas durante el confinamiento.

En este sentido, este apartado no pretende en ningún momento seguir las dinámicas de algunos centros culturales o museos que utilizan las redes sociales como alternativa directa al consumo del entretenimiento, sino que intenta funcionar como un espacio virtual de cuidados y de reflexión sobre la situación que estamos viviendo. Por tanto, no presenta obras de los participantes con la intención de obtener beneficio económico o de "likes".

Este formato funcionó durante las primeras semanas de confinamiento. Durante esos días, algunxs de lxs que habrían sido lxs participantes de insertar_nombre utilizaron este apartado del hotglue para quedar por videollamadas, compartir reflexiones mediante imágenes o textos... Por tanto este apartado se ha ido construyendo a lo largo del tiempo por este conjunto de personas (que de manera orgánica, sin que nadie lo pidiera, decidieron no firmar las cosas que publicaban). A partir de la cuarta semana de confinamiento, el uso de la plataforma fue decayendo hasta abandonarse prácticamente por completo.

Mostramos aquí todos estos contenidos, que hemos querido mostrar sin editar: caóticos como nosotrxs.